miércoles, 6 de enero de 2016

Tu.

Reconozco que me es a veces imposible tratar contigo. Eres como una rosa llena de espinas largas, y yo soy un atrevido con los dedos llenos de cicatrices. Hace parte de tu infinita belleza todas esas espinas, y quizás sea yo el único capaz de verlo así, por que he visto los pétalos más hermosos, que a ratos ni tu ves. Odio en especial tu espina que me recuerda que no me crees cuando te digo que eres/estás hermosa, amo en especial esa espina por que me hace no rendirme decírtelo cuantas veces me parezca, así tenga cayo sobre la misma herida de la misma espina. Si algún día decides clavarme tu espina del olvido, eres libre de hacerlo, no diré nada. Te aseguro que será la herida más preciada que lleve hasta el día de mi muerte. Te amo.